La entrada en la ansiada primavera
se ha hecho esperar y todavía no podemos cantar victoria, ya se sabe, el tiempo
en primavera es imprevisible y hoy hace sol, mañana llueve y al otro ..bla,
bla, bla...
Poco más o menos con su habitual
tono cansino el presentador del parte meteorológico de la televisión autonómica
se quitaba de encima, con tan poco originales recursos dialécticos el inicio de
un espacio pseudo-informativo sobre el tiempo en el que se habla más del tiempo
que ha hecho que del que seguramente hará.
A Juan Penumbra se le empezaba a acabar
la paciencia y se arrepentía de no haber hecho lo que venía anunciando desde
hace tiempo: No ver ningún informativo.
Todos los informativos empezaban
esos días con la estampa de Bárcenas, ese elemento que bien podría formar parte
del cuadro escénico de la prestigiosa serie televisiva “Los Soprano”. Esas
patillas, ese peinado, esos trajes y gabardinas, ese paso decidido, que deja
sin resuello al periodista más atlético que intenta seguirle. Realmente, con
ese paso largo y decidido, más parece que vaya a romperle la mandíbula al
mileurista que lleva la cámara. Ciertamente la realidad supera la ficción y
Gandolfini al lado de Bárcenas es un aprendiz.
El canal autonómico tenía especial
interés en enfatizar y señalar la corrupción de todas las otras comunidades
para no tener que nombrar a los elementos de la chacinería autóctona.
En eso que Penumbra pensó en que
había que cocinar algo para olvidarse de esa patulea de delincuentes que le
provocaban intensos espasmos prostáticos.
Juan Penumbra provisto de una
puntilla cortó y preparó unas alcachofas, peló unas habitas, arregló unos
espárragos y cortó finamente una cebolleta junto a unos ajos tiernos, de una de
sus macetas, cogió unas cuantas hojas de menta que lavó y dejó a mano para
culminar el plato.
Las alcachofas cortadas estaba
sumergidas en agua con una cucharada de harina disuelta y unas hojas de perejil
para evitar que se oxidaran.
En una buena cacerola echó Penumbra
un buen chorro de aceite de oliva virgen extra de Siurana, pochó la cebolleta,
seguidamente echó las habitas, al cabo de seis suspiros y medio las alcachofas
acompañaron a las habas, alegró el conjunto con una pizca de sal y cuando había
transcurrido un tiempo prudencial no superior a doce minutos, añadió al
conjunto los espárragos y los ajos tiernos, volvió a tapar la cazuela, bajó la
llama del fuego y al cabo de otros diez minutos destapó para añadir las hojas
de menta desmenuzadas. Llegado este punto vio que el guiso se estaba quedando
un poco seco y optó por añadir un poco de agua.
Las verduritas así cocinadas, no
deben cocerse en exceso, de lo contrario tendremos una pasta vegetal sin
textura ni forma que no hay quien se la coma y no están los tiempos para tirar comida
a la basura.
Qué grande!!! Cómo me gusta!!! Me ha enganchado del todo con el guiño soprano, yo que soy fan absoluta!!!
ResponderEliminarComo siempre, muy bueno y muy rico :)
Celebro sopranamente que te guste, doña Nurocas..!
ResponderEliminarJuan Penumbra no acostumbra a responder con anónimos, ha sido por fuerza mayor. Me disculpo.
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