domingo, 3 de abril de 2011

JUAN PENUMBRA ESTÁ QUE TRINA






Juanito Penumbra ayer cocinó este plato marinero con un aire italiano
 Juan penumbra tiene lapsus de memoria, se repite y alguna que otra vez no se acuerda de lo que comió la semana pasada.

En su última crónica barcelonesa, cuenta que se topó con un pesado que le hizo tambalear por unos instantes, sin embargo supo reaccionar y fue capaz de reconducir la situación. No ha sido así con el fricandó, que lo ha repetido y de tanto repetirse le puede sentar mal alguno de sus ingredientes. El pesado de “Sebiu” fue capaz de desestabilizar un poco a Juan haciéndole pedir fricandó cuando en realidad lo que quería era un buen plato de patatas con bacalao.

Un Juan Penumbra insomne, se ha dado cuenta del error mientras se peleaba con la almohada que ya se había cansado de él y lo estaba echando de la cama y ha tomado la decisión de no presentar batalla y levantarse con actitud desafiante pero no demasiado.

Después de dos cafés (uno de ellos con leche) y unas tostadas de pan de horno de leña impregnadas de buen aceite de oliva virgen extra, ha emprendido viaje a las lejanas tierras de Tordera, allá en el valle del mismo nombre y en cuyo mercado dominical ha podido comprar diferentes viandas y compangos que guisará hoy y el resto de la semana.


En el mercadillo dominguero Juan ha comprado un chorizo de León y una butifarra blanca.

Después de dos cafés (uno de ellos con leche) y unas tostadas de pan de horno de leña impregnadas de buen aceite de oliva virgen extra, ha emprendido viaje a las lejanas tierras de Tordera, allá en el valle del mismo nombre y en cuyo mercado dominical ha podido comprar diferentes viandas y compangos que guisará hoy y el resto de la semana.

Camino de esa población ha estado a punto de atropellar a una pandilla de cantamañanas que corrían en grupo y han atravesado la carretera haciendo caso omiso del semáforo. Juan ha bajado el cristal y ha proferido una retahíla de insultos e improperios a la manada de deportistas. Los hombres han callado y una señorita de culo respingón y cara chupada ha replicado a Penumbra y ante la poquedad e inconsistencia de sus argumentos se ha quedado sola y ha optado por callarse. Juan Penumbra es un caballero y no va a reproducir los “argumentos” esgrimidos contra la señorita y la manada de bárbaros que le acompañaba.
 


No podían faltar los huevos de corral y el queso de oveja conservado en aceite.

A continuación Penumbra ha tenido otro altercado con una manada de ciclistas que no ha sobrepasado el lenguaje de claxon y onomatopeyas varias sin dejar de lado los diferentes signos manuales que los acompañan.

Queda probado que es muy difícil salir de casa sin que a uno le pongan al borde del síncope.




Garbanzos cultivados en la Comarca del Maresme.

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