viernes, 17 de febrero de 2012

DOLORES FUERTES, UNA GRAN COCINERA

Lentejas pardinas

La televisión emitía un catastrofista programa informativo en el que se reflejaban los malos tiempos que corren para el IBEX-35, el aumento de la tasa de paro absoluto y relativo y la franca entrada en recesión de la economía española. Estos malos tiempos habían pillado a Dolores Fuertes con la despensa bien pertrechada de todo lo necesario para resistir un duro invierno de recortes sociales, despiadados ataques al estado del bienestar y reformas laborales a medida de los deseos de los cabrones de la CEOE. Por una simple cuestión de olfato, desconfiaba de los sindicalistas profesionales.




Decía que la despensa de Dolores estaba bien surtida de buenas viandas y legumbres varias así como arroz. Nada más entrar, la cabeza de uno tropezaba con una pieza de bacalao que pendía de una viga, a continuación le seguían unas ristras de chorizo, un jamón y otros embutidos que la semioscuridad impedía distinguir con claridad. En la parte baja había latas de atún y bonito, seguido de unos sacos de lentejas, arroz, garbanzos extremeños y judías tolosanas, en un rincón sobre unos sacos de arpillera se amontonaban las patatas; no faltaban unas garrafas de aceite y un estante repleto de conservas vegetales y mermeladas caseras. No olvidemos la más que decente bodeguilla de Dolores en la que los Riojas, Prioratos y Riberas del Duero y algún que otro brandy de 50 años dan prestancia y categoría a los guisos y sobremesas.
Berenjenas sott'olio

La ola de frío junto a la pertinaz sequía de noticias alentadoras invitaba a abonarse al más duro pesimismo con barnices depresivos de diferentes tonos e intensidades.

Dolores Fuertes era prima lejana de Juan Penumbra, una mujer de rompe y rasga, con unos bríos y una presencia de ánimo que se agrandaban ante las mayores adversidades.

La buena de Dolores se dijo: Esto lo arreglo yo con un cocido o unas buenas lentejas. Al final se decantó por las lentejas con todos sus sacramentos, que en el caso de Dolores eran bastantes. Existen muchas formas de cocinar lentejas pero las de Dolores Fuertes son un punto y aparte, nada tiene que ver con el resto. A menudo Juan Penumbra y su prima Dolores cocinan al alimón, viéndose multiplicados los efectos de la suma de saberes y talentos culinarios de ambos.
Alcachofas sott'olio

Empezó Dolores preparando todo lo necesario para las lentejas: medio kilo de lentejas pardinas, una patata mediana, una zanahoria grande, cebolla y pimiento verde picados, algo de tomate rallado, hueso de jamón con jamón, costillas de cerdo troceadas, chorizos magros y poco oreados, una cabeza de ajos y algo de aceite. En un plato decantó las especias hierbas aromáticas con las que condimenta las lentejas: Azafrán, canela en polvo, un trozo de piel de naranja seca, tres clavos, una pizca de pimienta negra y un par de hojas de laurel. Creía Dolores que el remojo de la lenteja es innecesario pero lo que sí era imprescindible era utilizar agua de calidad para cocer todas las legumbres.

Siempre recordaba los consejos recibidos y los trucos que se adivinan, es decir, quienes transmiten conocimientos deben dejar algo en el tintero para que el alumno espabile ya que no todo se enseña ni todo se adivina y el que aprende debe entender y razonar  más que memorizar como un papagayo lo que dice el maestro.

Que ustedes lo pasen bien y tengan mucha suerte, nos hará falta a todos.

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